
Este análisis está dedicado a los que aún no se han enterado de quienes son los verdaderos responsables del presente negro que se vive en España, cuyo pronóstico es que seguirá oscurenciendo y que en vez de reparar en los errores cometidos, casi pretenden culpar a los inmigrantes de la crisis.
Lo que sigue es la opinión incluida en un blog económico español, en fecha muy reciente y la base de mi comentario posterior.
Estuve currando en una empresa y una frase de un inmigrante me hizo ver la realidad. El inmigrante debía un montón de facturas a la empresa por su derroche y la frase que me dijo el inmigrante fue: -ahorita me voy a mi país y os dejo a todos con el culo al aire sin pagar.
Los que de verdad perdemos somos los Españoles, no los pobrecitos de los extranjeros. Ellos solo pueden ganar y mejorar pero no perder: España al completo está así, hipotecada y sin salida. Quizás un inmigrante lo tenga hasta más fácil porque los hay que se van a sus países y dejan las deudas aquí en España colgadas.
Y como en sus países no hay leyes de ningún tipo nadie los va a buscar para que paguen. En cambio los españoles lo tienen más crudo, tienen las deudas, tienen como avalista a los padres jubilados con una casa antigua… En definitiva que los “pobrecitos” no son los inmigrantes si no los españoles.
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Sin pretender erigirme en representante de los inmigrantes, ni mucho menos, creo que hay conceptos que se están vertiendo que son cuanto menos altamente preocupantes.
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Sin pretender erigirme en representante de los inmigrantes, ni mucho menos, creo que hay conceptos que se están vertiendo que son cuanto menos altamente preocupantes.
Descarto de plano que esta sea la opinión generalizada de la sociedad española en su conjunto y que las opiniones que comienzan a circular puedan ser el producto de un análisis no muy minucioso de la realidad.
Me consta, que una constructora valenciana subsidiaria de un grupo inmobiliario establecido en una comunidad del norte, hace casi 5 meses que no paga sus sueldos a la totalidad de sus trabajadores y cuyo propietario no es precisamente un inmigrante.
Alcanza este caso, único (?) quizás tan único como el conocido por el del análisis que precede, para decir que ¿el empresariado del sector, de origen no inmigrante es todo igual? Definitivamente No.
El “ahorita” me suena latinoamericano, de Brasil para arriba, ya que en el sur no se habla así y el dejar “con el culo al aire” me hace pensar en alguien que lleva tiempo en España, ya que esa frase es muy poco usada por los latinoamericanos, con lo cual si lleva tiempo, también sería bueno saber, como para entender de que estamos hablando, si el permiso de trabajo lo obtuvo por el efecto llamada o si lo consiguió presentando un bonobús. Como para ir acotando el tema.
También el suponer que “… quizás un inmigrante lo tenga hasta más fácil porque los hay que se van a sus países y dejan las deudas aquí en España colgadas Y como en sus países no hay leyes de ningún tipo nadie los va a buscar para que paguen…” es un peligroso concepto, ya que no sólo se estaría presuponiendo que los inmigrantes son delincuentes, por su condición de no haber nacido en esta bendita tierra, sino que el mundo extracomunitario es un burdel, sin ley y sin orden y donde la gente aún se comunica con el burun- bumbúm de los tambores, en un concepto colindante con la xenofobia, con un desarrollado menosprecio respecto de la gente que viene de otros países y como diría Tarufetti, y de los países también.
Luego del proceso de “xenofobius tremens” sin solución de continuidad se da paso al victimización al sentenciar que: ” En cambio los españoles lo tienen más crudo, tienen las deudas, tienen como avalista a los padres jubilados con una casa antigua” si ese es el caso típico, quizás sería bueno replantearse si alguna cuota de responsabilidad no se tiene al haber solicitado préstamos hipotecarios requiriendo el aval de los padres jubilados, si los bancos no percibían que ese solicitante al menor conflicto engrosaría la lista de morosos (¿hipotecas subprime?, ¡olé!) y si el sistema en su conjunto no falló en alguna parte a través del tiempo, ya que de otro modo parece no entenderse como se llega a esta situación.
Mientras que se sigan buscando chivos expiatorios (inmigrantes, bancos, gobiernos, publicidad, etc.) sin asumir una autocrítica seria, prudente, coherente y realista y de ser cierto y difundido el tema de jubilados avalistas, cada día será más negocio la construcción de geriátricos (como se dice en la otra orilla del Atlántico) o de residencias para la tercera edad, en su traducción más españolizada, porque más de uno quizás deba irse a vivir debajo de un puente, pero eso sí, yendo a la urbanización del hijo, algún domingo de verano para disfrutar de la piscina.
Para finalizar, no creo que: “En definitiva que los “pobrecitos” no son los inmigrantes si no los españoles”, sino que son y serán los inmigrantes y los españoles que aún no hayan entendido la situación, que no entiendan que es lo que se debe hacer, que no entiendan como se ha llegado a esto y que crean que este “problemita” se solucionará pronto y que sólo los va a afectar en el pago de la hipoteca.
Como se diría a otro lado del charco: se acabó el tiempo de tirar manteca al techo, es hora de enterarse.
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