miércoles, 16 de julio de 2008

EL MORBO DEL LADRILLO


Este análisis está dedicado a todos los que sólo comentan el día a día, olvidándose de las verdaderas causas que han engendrado este monstruo que como un Pacman se está devorando todo lo que encuentra en su paso, el obviar las causas nos hace proclives a volver acometer a los mismos errores y a no entender que es lo que sucede.


Cuando fue el tsunami, la prensa lo siguió con gran atención, pero al poco tiempo casi nadie lo recuerda, cuando fue el sismo en China pasó lo mismo.

Las noticias son las noticias y la de mañana superará a la de hoy y quizás la de hoy quede en el olvido.

Esto viene a cuento de lo siguiente, es tan grave lo que pasa con la crisis inmobiliaria que ya la misma crisis ha pasado a segundo plano, aunque pueda parecer un planteo dicotómico.

Es algo así como dicen los psicólogos respecto de matar al padre (en sentido figurado, obviamente) y eso es lo que está sucediendo, ya que los coletazos del fenómeno son tan graves que casi ni se recuerda el origen, ni se habla de los primeros damnificados, aunque estos continúen y se esparzan como una mancha de aceite.

Esta situación originada en la explosión incruenta de la burbuja, que se está cargando todo lo que está su alrededor, veamos algunas cosillas sueltas: el aumento del petróleo es sólo una parte del conflicto del transporte, el tema subyacente es la disminución del trabajo y la dificultad de atender los compromisos que hasta hace un año, casi eran un paseo por el jardín de la vida.

La caída en la venta de coches, es tres cuartos de lo mismo y en otros aspectos pasa algo similar.

¿Es un planteo xenófobo invitar a los inmigrantes a marcharse, pago del paro adelantado, mediante? seguro que no, es otra respuesta adecuada o no, pero respuesta al fin de cuentas, ante este fenómeno deletéreo de la calidad de vida..

La necesidad de asegurar un sistema de jubilaciones que funcione en el futuro, surge ahora con fuerza embrionaria, pero cualquier observador no muy listo lo podía intuir, era lógico que sucediera, la gente se casa grande, tiene pocos hijos y crece la expectativa de vida, con lo cual algo hay que hacer ya que sino será como la resolución de la cuadratura del círculo o más difícil aún.

Todas son salidas muy interesantes, ya que si bien representarían un esfuerzo para quienes hoy sean trabajadores en beneficio propio dentro de 30 o 40 años, con lo que incentivar los planes de pensiones y aumentar las alícuotas de los aportes y las edades de acceso al beneficio de la jubilación, son todas caras de una misma moneda.

La necesidad de estabilizar los precios mediante la moderación de los salarios, se puede lograr con los ajustes por el IPC únicamente en los casos de los sueldos de convenio y el resto que sean totalmente absorbibles, con lo cual al cabo de algunos años se notará la diferencia, sin contar que los nuevas posiciones que se ocupen serán con salarios bastante inferiores a los pagados en la época de gloria.

Es bueno saber que, del otro lado del Atlántico se llama a esto congelamiento, que obviamente contiene la inflación pero reduce el consumo, o sea la calidad de vida, o cuanto menos el ahorro y esto es inexorable.

La otra mediada relacionada con los beneficios empresariales, es sencillo de lograr mediante aumento de impuestos.

Todo esto dicho en buen romance es otra faceta de la crisis, que lamentablemente si se hubiera hecho hace algún tiempo, quizás cuando comenzó la bonanza, hoy la historia sería otra y también quizás, la magnitud del ajuste sería diferente, al menos en su parte propositiva.

Pero volviendo al comienzo, luego de ser el tema estrella, del último año, los concursos de acreedores de las empresas ligadas al sector inmobiliario (promotoras, constructoras, agencias inmobiliarias, suministradores, electrodomésticos, etc.) y las secuelas sociales por la disminución del ritmo de la construcción, hoy en día es un tema del que casi ni se habla, al menos ocupa bastantes pocos espacios en la prensa., casi exclusivamente los blogs se ocupan de este tema.

Luego de una lectura por los principales periódicos, puede verificarse que los mismos no incluyen casi ninguna referencia a empresas en dificultades pre-concursales y mucho menos a las que este parón fenomenal arrastran hasta los Juzgados Mercantiles.

Se acabó el morbo del ladrillo, pero lo que provocaba el morbo aún está por llegar en su etapa más profunda, obviamente, si se cumple lo que dicen los que teóricamente saben del tema.

Este ajuste era necesario porque la situación preexistente era insostenible, como también era insostenible el modo con el que se dio rienda suelta a la magnificencia de la situación.

Debemos saber y/o recordar que se construyó casi en el agua y no se si hicieron dos obras en el mismo lugar, debe haber sido por el principio físico que dice que dos cosas no pueden ocupar el mismo sitio en el mismo momento, que sino hubiera sido por eso, quizás hoy estaríamos viviendo con otra familia en nuestra propia casa.

¿Se habrá detenido el paso por los Juzgados o ya no será noticia? esa es la duda que me aqueja.

Si la respuesta es que nadie más ha llegado a ese límite me alegraría mucho, eso significaría que quienes se han enriquecido, quizás de un modo exagerado, tienen para aguantar y no necesitan dejar colgados de la palmera a quienes les han ayudado a mejorar su posición, lo cual sería altamente gratificante y lo más cercano a un acto de justicia, de ser así, que Dios se los pague, se habrán ganado el cielo.

Quiero suponer también, que las resoluciones de contratos se hacen realmente como”improcedentes” y no por causas objetivas para ahorrarse 25 días por año y de este modo poder seguir viajando en 4x4 de alta gama, ya que eso no sería más que socializar en las malas, aunque en las buenas cada uno era lo que era.

Estos matrimonios de compromiso (en las buenas mío y en las malas nuestro) entre diversos sectores es una práctica un poco reñida con el decoro, pero como no veo los confesionarios llenos ni formando fila, quiero suponer que nadie tiene la conciencia intranquila y no, que estamos en una sociedad de apóstatas.

Cabe otra posibilidad: presentar un Concurso de Acreedores, congelar las deudas, negociar quitas, ganar tiempo y en el mientras tanto, con un ERE de por medio quedarse reducido a la mínima expresión, de ese modo esperar a vender algunas cosas con la menor cantidad de reducciones de precios posibles y al final del camino hacer la diferencia, aunque prefiero suponer, que esto se le ocurre a muy pocos y que sólo un mal pensado puede llegar a sospechar que es una idea generalizada.

Tampoco he leído demasiadas noticias respecto a empresas cuyos administradores se hayan tomado el atrevimiento de iniciar las acciones en salvaguarda de sus responsabilidades, en ejercicio de sus derechos y porque no decirlo, de acuerdo a las obligaciones que les marca la Ley.

Esto me hace pensar algunas cosas, por ejemplo que estas figuras no existen, que todas las empresas son administradas por sus dueños, que no hay testaferros ni demasiados contratos de alta dirección y todo esto muy destacable, ya que me resisto a considerar que por unas pocas monedas la irresponsabilidad puede ser tan grande como para considerar que aquí no pasa nada.

Tampoco es muy usual o al menos no es tan difundido que se lleguen a concursos necesarios (pedidos por terceros) con lo cual, en caso de ser así, este fenómeno debería ser estudiado al menos bajo el punto de vista sociológico hasta encontrar el porque de tal situación y quizás se llegue a alguna consideración importante.

Pero también puede ser por la causa antes mencionada, el morbo de la información no pasa por estos datos menores, ya que también me resisto a creer que exista una autocensura para evitar un efecto llamada (que se generalicen los Concursos), o peor aún, que dicha censura sea inducida, pero todo esto lo planteo por el hecho que cuando uno se quema con leche, ve una vaca y llora.

Lo maravillosa de esta situación, según algunos deseada y necesaria es que tiene tantas aristas para la reflexión, que permite de cada cosa escribir un libro, no muy intelectual por cierto, pero despierta la imaginación y eso mantiene nuestras neuronas en funcionamiento, un estado ideal para entrar en el paro, buscar trabajo y no morir (o enloquecer) en el intento.

Para finalizar, cuando escucho a gente tan común como yo decir que: con los socialistas siempre hay incremento del paro, minimizando la crisis internacional, las subprime, los ninjas, el exceso enloquecido y desenfrenado de la construcción de viviendas, etc., pienso que es un simplificación exagerada, hasta casi un poco irrespetuosa, pero allí está nuestro morbo, en la trasgresión intelectual de la falta de intelecto.

Cruzando la calle, también escucho que no hay crisis, que es una desaceleración previsible, que toda la culpa viene de afuera, que los bancos, que el BCE, que la especulación, etc., también pienso que algunos deberían leer o releer El Príncipe ese manual de vida que escribió Maquiavelo, ya que hace algunos años decía: “para conocer bien la naturaleza de los pueblos, hay que ser príncipe y para ser príncipe hay que conocer la de los pueblos”, en su dedicatoria al Magnífico Lorenzo de Médicis, y seguramente con esto se evitaría la falta de sintonía entre lo que algunos dicen y lo que otros muchos viven.

Así pues, que el morbo de la situación no nos consuma, que la racionalidad nos permita ver lo que pasa, que además se sepa y se asuma lo que pasa y que Dios mediante, los pronósticos no se cumplan, pero si dicen que están viendo venir a un animal grande, pesado, con rabo finito, con orejas muy grandes y con una trompa larga, yo que no se nada de zoología, me inclino a pensar que es un elefante.

No hay comentarios: