
Este análisis está dedicado a quienes se ofenden por los comentarios que aparecen en los blogs, por algunas veces no son muy científicos y en otras por que manifietan estados de ánimos llenos de enfado.
Creo que de a poco todos vamos entendiendo como es la magia de los cruces de opiniones en estos blogs, lo fundamental es que le sirvan a la gente para visualizar diferentes puntos de vista de los temas que nos preocupan a todos.
Creo que podemos avanzar en esta respetuosa mecánica de cambiar ideas, por lo trataré de aportar una visión complementaria.
Al finalizar dices: “Bueno y resumiendo solo pido que se eviten los comentarios ofensivos e infundados si es que me permites que lo haga”.
Yo no soy censor de nadie y menos, así que en ese sentido, no tengo nada que decir.
Con relación a quienes debo criticar (“…deberías criticar aquellas que de alguna forma entiendo critican a un sector completo con comentarios igualmente ofensivos, tratando a los promotores casi de estafadores y de descerebrados oportunistas, ya que en absoluto se puede afirmar que esto sea así…”) lo tomaré en cuenta para el futuro, pero no olvidemos que quienes se han beneficiado con esta situación que ha explotado, no han sido precisamente quienes hoy tienen que pagar una hipoteca, ni los empleados y los obreros que no cobran sus salarios o que al ser despedidos, se enteran que ahora son socios de muchos intrépidos y se deben conformar con los 20 días por año y no los 45 que seguramente les corresponderían.
Nadie de estas personas, que hoy la están pasando un tanto mal y lamentablemente, es muy posible, que en el futuro no tan lejano la pasen aún peor, compraron suelo rústico y luego consiguieron que se convirtiera en urbanizable, ni recrecieron sus hipotecas, ni compraron solares de su propiedad (entre empresas del mismo grupo) para salvar dificultades financieras ni algunas otras cositas, que por no generalizar las evitaré mencionar, pero que cualquiera que entienda el negocio inmobiliario sabrá a que me refiero.
La gente opina desde la indignación, desde el dolor, desde la ansiedad, desde el esperar el futuro con muchísima desazón.
No es la gente la culpable de la crisis (aunque en honor a la verdad, muchos compraron espejitos de colores, como los que llevó Colón a América hace algo más de 500 años) pero no se la puede criminalizar por eso.
No estaría de más, que algunos que hicieron grandes diferencias se dieran por la pasadita por la cola del paro, para que de primera mano, escuchen lo que dice la gente y luego se sorprenderían de lo muy educados que son quienes escriben comentarios en los blogs.
Dices que “…A muchos que nos dedicamos a esto de la construcción no se nos pone la cara roja de ninguna forma ya que tratamos de actuar con rectitud y honradez y eso no puede generar vergüenza, y es por ello que me molestan los comentarios fáciles y sin criterio sobre un sector y personas que pertenecemos a el…”)
Los que pertenecen a esa clase de gente que en forma responsable y profesional han encarado el negocio, es obvio que le tienen que molestar los comentarios fáciles, ya que no dudo que en caso de dificultad habrán hecho todo lo posible para intentar evitar la crisis y que hasta responderán con todo lo que esté a sus alcance para no perjudicar a nadie, clientes, empleados, subcontratistas, suministradores etc. , ahora los que siguen veraneando en sitios paradisíacos, conduciendo impresionantes 4x4, y viviendo como que si aquí pasará nada, cara colorada es lo menos que se le puede poner
Para finalizar, destacaré un punto de encuentro, coincido contigo en que “ No discuto que no haya oportunistas y sinvergüenzas en este sector, ya que los hay en todos los sectores, pero también hay muchísimas empresas, personas, profesionales y trabajadores que merecen al igual que esas porteras todo el respeto en las opiniones de los demás.”
Obviamente, hay de todo en la Viña del Señor, hay buenos y malos en todos lados, casi ninguna actividad es intrínsecamente buena o mala en si misma, pero las responsabilidades son diferentes y no me parece para nada justo que se pretenda meter en la misma bolsa a los sinvergüenzas y oportunistas y a los profesionales y emprendedores, como tampoco me parece justo que se pretenda disimular la realidad de los comentarios obviando las causas que lo generan.
La cosa viene mal, muchos la pasarán mal, así que a todos un poco de paciencia y tranquilidad y fundamentalmente, aunque sea una utopía, que se acaben los empresarios ricos con empresas pobres.
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